Nuevamente la comunidad Internacional apoya los programas que en ASES venimos desarrollando desde hace años, en esta ocasión, la tan olvidada herramienta de la autoexploración testicular que tanta importancia tiene entre hombres de 15 a 35 años.

Lejos de ser la autoexploración un instrumento de diagnóstico médico, ésta se utiliza como una técnica para tener presente y detectar posibles anomalías, para así poder acudir al médico con la suficiente antelación.

Desde ASES te recomendamos que visites la web TocatelasconFutbol.com para ver más sobre este interesante vídeo y recuerda que en ASES tenemos programas educativos específicos para que tu club deportivo, tu gym, amigos, Centro Educativo, Casa de la Juventud, grupo joven, etc. aprenda a autoexplorarse de forma rápida y sencilla.

TODO PARA EL HOMBRE

Ir al médico es de lo más habitual pero cuando hablamos de ir al sexólogo la cosa cambia: nos invaden las dudas, los temores, el pudor, la vergüenza… los miedos en definitiva. Todo un sistema de negación mental para definitivamente excusarnos y no movernos de nuestra zona de confort y seguridad (por insegura e incómoda que realmente sea esta zona), algo lógico por otra parte si pensamos en todos los mitos y tabúes que giran en torno a las sexualidades.

Existen muchas razones para ir al sexólogo y no puedes permitirte no ir por tiempo, dinero, miedos, excusas, etc. Aunque sea por curiosidad tienes que ir a consulta. Descubre aquí las 10 principales razones para ir al sexólogo:

Aquí las 10 principales demandas

1. Disfunción eréctil. Ya sea total o parcial su origen puede ser relacionado con situaciones emocionales, por ejemplo, una mala relación, estrés, resentimientos o enfermedades como la diabetes e hipertensión.
2. Eyaculación precoz. Por estadística 1 de cada 5 hombres presenta problemas de eyaculación precoz, algo que en la mayoría de los casos no pueden controlar. Aunque se puede creer que el hombre disfruta estos breves y placenteros momentos, en realidad sufre una gran desilusión al no poder disfrutar bien el momento. No son pocos los “especialistas” que hacen su particular agosto tratando con soluciones a corto plazo o de efecto inmediato a sus pacientes pero no solucionando sus problemas definitivamente, algo que incluso puede llegar a agravar la situación. Buscar ayuda de un sexólogo mejorará tu condición y desde luego también tu relación.
3. Disminución en el deseo sexual. Sufrido tanto en hombres como en mujeres, las relaciones llegan a debilitarse por completo puesto que la “Intimidad” es uno de los 3 ejes vertebradores de toda relación de pareja. No importa la habilidad amatoria, poco a poco va disminuyendo incluso a veces llegando a desaparecer por completo. Estrés, baja autoestima, problemas familiares, económicos o pérdida del amor, suelen ser algunas de las muchas causas que provocan esta situación. De todas formas crear y mantener una buena comunicación de pareja ayuda drásticamente a detectar el problema de origen e incluso a su solución.
4. Cambio de Ciclo. A lo largo de tu vida te encontrarás, si no te has encontrado ya, con diferentes desafíos que requieren que pongas toda la carne en el asador. Así como la adolescencia suele ser muy trascendental, la menopausia por ejemplo suele equipararse como otro ciclo vital diferente y valorado muy negativamente; esto no afecta solo a la mujer de forma bio-psico-social sino que además, a la pareja, que de haberla, puede percibirla como “rara” o repentinamente problemática.
5. Incapacidad orgásmica. Principalmente mujeres con molestia debido a que el tener relaciones sexuales no les ayuda a llegar al clímax. Hay incluso mujeres que afirman no haber experimentado nunca un orgasmo o este solo es posible con la estimulación del clítoris y no durante la penetración.
6. Anorgasmia selectiva. Se presenta cuando no se logra tener un orgasmo con una persona determinada, pero sí con otra persona o sólo mediante masturbación. Esta condición se relaciona a componentes emocionales y/o causas físicas.
7. Eyaculación tardía. Implica el retraso de la eyaculación a más de 20 minutos o incluso la no aparición de esta. La incertidumbre de la situación, el miedo por contraer alguna enfermedad o provocar un embarazo, pueden estar asociados con dicho problema.
8. Falta de información. Por poner un ejemplo, constantemente se relaciona al tamaño del pene como un factor importante relacionado con el placer femenino; sin embargo, se sabe que no existe tal relación. Se tiende a pensar que las NTIC han solucionado el tema de la Educación Sexual porque “todo está en la web” suelen decir, y en parte es cierto, TODO TODO, tanto la información de calidad como la errónea o malintencionada, siendo el último grupo la predominante.
   Aprender a autoexplorarte para la detección precoz del cáncer de mama, al tacto testicular, manejar adecuadamente una copa menstrual, preservativos, cuadrantes de látex, etc. pueden ser muy buenos temas de conversación en consulta.Acudir a un sexólogo te ayuda a mantener la información correcta y aclarar todas las dudas que puedas tener en torno a tus sexualidades. Es la mejor forma de conocer nuevas cosas o aclarar lo que ya sabes, mejorar tus prácticas o revalorizar tu “sex-appeal”.
9. Dolor en la penetración vaginal. Ya sea por alguna enfermedad o psicológica, esto puede presentarse e interferir en el placer de la relación. Este síntoma puede estar fuertemente vinculado a problemas emocionales; sin embargo, los tratamientos pueden dar una mejoría de hasta el 70% en 18 meses.
10. Replantea tu relación. Muchas personas acuden al sexólogo para mejorar su relación.

Los sexólogos en consulta individual cubren tres principales campos: Educación: ayuda a informar y resolver dudas de los pacientes; Consejo: Ofrece alternativas para mejorar la intimidad en pareja y las sexualidades en general; Terapia: con la finalidad de curar o reasignar alternativas que ayuden a la pareja a mejorar su vida sexual.

Todos los profesionales de la sexología coinciden en que lo importante es no dejar pasar el tiempo y acudir inmediatamente al sexólogo cuando se estime oportuno, puesto que en raras ocasiones se solucionan los problemas por sí mismos. Retrasar la primera cita implica dedicarle luego más tiempo a su solución.

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